Historia

Entre finales del siglo XVIII y principios del XX muchas zonas de la Cornisa Cantábrica vivían deprimidas económicamente por las malas comunicaciones y ausencia de industria. Para huir de la miseria y ocasionalmente del servicio militar, que podía alargarse varios años, muchos mozos de estas tierras buscaron allende los mares una forma mejor de labrarse un porvenir. La emigración a América fue el origen de los indianos. Aquellos que hicieron fortuna regresaron a sus pueblos y construyeron sus nuevas casas con lujo y ostentación, y los más generosos, convirtiéndose también en filántropos, favorecieron el progreso material e intelectual de sus convecinos (escuelas, hospitales, fuentes, traídas de aguas, carreteras, etcétera). Nació así la arquitectura de indianos que cambió el aspecto de muchos pueblos y villas. Excelentes arquitectos asturianos y cántabros pusieron su talento a la consecución del sueño del acaudalado indiano. Manuel del Busto, Javier Aguirre, La Guardia, Casimiro Pérez de la Riva, Valentín Ramón Lavin Casalis, Darío de Regoyos Molenillo, Mariano Deogracias Lastra, García Lomas y otros dejaron su impronta en las numerosas casonas que jalonan pueblos y villas de la vertiente cantábrica.